
Refinería de Tula golpea avance de Pemex en procesamiento de petróleo
La refinación petrolera en el complejo petrolero de Tula,
propiedad de la empresa estatal Pemex, se desplomó durante abril.
La refinería de Tula, propiedad de Petróleos Mexicanos
(Pemex), afectó el avance de la empresa estatal en refinación de petróleo crudo
durante abril de 2024.
Pemex Transformación Industrial, empresa subsidiaria del
gigante energético, reportó un proceso de crudo de 950.700 barriles por día,
una caída mensual de 10% desde el récord sexenal de 1,06 millones de barriles
diarios observado en marzo de este año, según la base de datos de la petrolera
mexicana.
El complejo petrolero oficialmente conocido como Refinería
Miguel Hidalgo, ubicado en el estado de Hidalgo, refinó 164.500 barriles
diarios de petróleo crudo, un hundimiento mensual de 33% u 82.000 barriles por
día.
Las refinerías de Salina Cruz, Cadereyta y Minatitlán
también registraron una disminución en su capacidad de proceso, mientras que
Madero y Salamanca aumentaron la refinación.
Bloomberg News reportó el 15 de mayo que las autoridades
medioambientales de México ordenaron a Pemex reducir el procesamiento de crudo
en la refinería de Tula al 75% de su capacidad de 315.000 barriles diarios
porque estaba deteriorando la calidad del aire.
La Zona Metropolitana del Valle de México ha enfrentado más
de una decena de contingencias ambientales desde febrero de este año. Tula
posee una importante actividad industrial, desde generación termoeléctrica de
CFE, pasando por la refinación de petróleo y producción cementera de Cemex y
Cementos Fortaleza.
El Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador basó
su política energética en el rescate de Pemex luego de la reforma energética de
2013 del expresidente priista Enrique Peña Nieto que abrió el sector de
combustibles a la inversión privada, incluida la importación y
comercialización.
La meta de López Obrador es la autosuficiencia en gasolina y
diésel para bajar los precios de los combustibles, pero durante su
administración Pemex ha enfrentado múltiples retrasos en las obras necesarias,
desde la construcción de la nueva refinería Dos Bocas hasta las plantas
coquizadoras en Tula y Salina Cruz para reducir la producción de combustóleo y
obtener más gasolina.