
¿Quién será el próximo director general de Pemex?, la pregunta de los US$100.000 millones
Quienquiera que ocupe el puesto se encontrará con la tarea
de dar la vuelta a una producción que se ha desplomado hasta aproximadamente la
mitad de su máximo de hace 20 años.
La presidenta electa de México ha nombrado a funcionarios
clave que asumirán algunas de las tareas más difíciles del país: luchar contra
el creciente crimen organizado, frenar el gasto excesivo, modernizar una red
eléctrica envejecida y negociar disputas comerciales con Estados Unidos. Pero
hay un papel destacado aún por cubrir, un puesto ingrato que ha acabado con
muchas carreras.
Alguien tendrá que ser el director general de Petróleos
Mexicanos.
Quienquiera que ocupe el puesto se encontrará en la nada
envidiable posición de dar la vuelta a una producción que se ha desplomado
hasta aproximadamente la mitad de su máximo de hace 20 años. La carga de la
deuda de la empresa asciende a casi US$100.000 millones , lo que la convierte
en el productor de petróleo más endeudado del mundo.
Ha sufrido accidentes, vertidos de petróleo y fugas de
metano en los últimos años a medida que su infraestructura se desmorona. Y
depende en gran medida de las dádivas del gobierno para mantenerse a flote.
La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, ha aplazado el
nombramiento de su elegido y dijo el miércoles 21 de agosto que sería pronto.
Pero las especulaciones se han disparado.
Algunos de los primeros contendientes que circularon en
informes de la prensa local incluían al subsecretario de Hacienda, Gabriel
Yorio, y a Jorge Islas, académico y asesor de Sheinbaum en materia de energía.
Al menos un posible elegido, Lázaro Cárdenas Batel, rechazó el cargo tras una
revisión detallada de las finanzas de Pemex, según los medios locales.
En su lugar, optó por ser jefe de gabinete. Se dice que el
presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, es partidario de mantener en
su puesto al actual director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, según
informes de prensa.
Representantes de Pemex, de Hacienda de México y de la
Presidencia declinaron hacer comentarios, al igual que Jorge Islas.
Las habladurías se han aglutinado recientemente en torno al
académico Víctor Rodríguez Padilla. Tras cursar estudios de física e ingeniería
en la Universidad Nacional Autónoma de México, obtuvo un doctorado en economía
de la energía en la Universidad Pierre Mendès-France y fue coautor de un
artículo con Sheinbaum en 2009 sobre las políticas energéticas de México y el
desarrollo sostenible.
Rodríguez está siendo considerado para el cargo, según una
persona con conocimiento directo del asunto que pidió no ser identificada por
tratarse de una conversación privada. Rodríguez no respondió a múltiples
mensajes y llamadas telefónicas solicitando comentarios.
Sin duda, los medios de comunicación locales se han
equivocado antes, y el equipo de Sheinbaum ha mantenido sus elecciones de
gabinete bajo estricto secreto. Tras semanas de especulaciones sobre quién
encabezaría la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Sheinbaum sorprendió a
casi todo el mundo al anunciar a Emilia Esther Calleja, una ingeniera eléctrica
relativamente desconocida fuera de la CFE, para poner en marcha el plan del
presidente electo de impulsar la red eléctrica de México y marcar el comienzo
de una transición hacia la energía verde.
Independientemente de quién sea elegido para dirigir Pemex, devolver
la rentabilidad al gigante de la perforación y la refinación será una tarea
titánica. El trimestre pasado, la empresa registró su peor pérdida desde que
surgió la pandemia mundial hace más de cuatro años.
Sheinbaum ha mencionado la necesidad de que Pemex refinancie
su deuda y ha esbozado un plan para ampliar su ámbito de actuación e incluir
nuevas empresas, como el aumento de la producción petroquímica, la extracción
de litio y la infraestructura para vehículos eléctricos.
El nuevo jefe de Pemex también tendrá que forjar una buena
relación de trabajo con la Secretaría de Hacienda porque el apoyo gubernamental
será esencial para mantener a flote a la empresa. AMLO, como se conoce al
presidente, ha prodigado apoyo a Pemex, concediéndole hasta 80.000 millones de
dólares en inyecciones de capital y exenciones fiscales desde que asumió el
cargo. Se dice que las relaciones entre Romero y el secretario de Hacienda son
tensas.
Los analistas ven necesaria la colaboración entre Pemex y el
sector privado, como el reciente acuerdo de la empresa para ceder parte de su
producción en alta mar a perforadores privados. Pero Sheinbaum se ha
comprometido a mantener a las empresas estatales en el centro del sector
energético mexicano, haciéndose eco de una postura adoptada por AMLO. Se espera
que Rodríguez haga lo mismo.
Rodríguez “ha sido un firme defensor de las empresas
estatales y se ha opuesto a la competencia privada durante más de 25 años”,
escribió la semana pasada Alejandro Schtulmann, analista de Empra en Ciudad de
México, en una nota a clientes. “Esto, aunado a la fuerte posibilidad de nuevos
cambios regulatorios en el sector centrados en el Estado, podría tener
consecuencias preocupantes para los participantes del sector privado
involucrados en proyectos con Pemex.”