El 2017 será un año clave para el sector energético nacional, y no sólo por la puesta en marcha del proyecto de aguas profundas Trión, donde Pemex irá de la mano con la australiana BHP Billiton, sino por la esperada apertura en la liberación de precios e importación de las gasolinas en el país.

Desde ya operan firmas como Petro­7, de Luz María Gutiérrez; Oxxo Gas, de Carlos Salazar; Hidrosina, de Paul Karam; y Gulf, de Sergio de la Vega, las cuales comercializan con marca propia los hidrocarburos.

La joya de la corona será en febrero próximo, cuando la Secretaría de Energía, de Pedro Joaquín Coldwell, dé luz verde a los primeros permisos para importar combustibles; a la fecha se tiene registrados 150 para la importación de gasolina y 215 para diésel. 

En este contexto, el pasado 29 de agosto la Comisión Reguladora de Energía (CRE), de Guillermo García Alcocer, publicó la NOM­016­CRE­2016, para establecer especificaciones de calidad que deben cumplir los productos que lleguen y se comercialicen en las estaciones de servicio que operan en México.

Dicha normatividad es aplicable a las gasolinas, turbosina, diésel automotriz, diésel agrícola y marino, diésel industrial, combustóleo, gasóleo doméstico, gas avión, gasolina de llenado inicial, combustóleo intermedio y GLP en toda la cadena de producción y suministro.

A la fecha existen poco más de 50 laboratorios acreditados por la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA), que preside Jesús Cabrera Gómez, para atender y verificar que se cumpla con esa NOM, mismos que evalúan que los petrolíferos no representen un riesgo a la salud de las personas, a sus bienes y al medio ambiente, además de ser compatibles con las especificaciones establecidas por aquellos países con relación comercial con México.

Esta normatividad busca además promover el desarrollo eficiente de las actividades de producción, transporte, almacenamiento, distribución y expendio al público de petrolíferos, además de salvaguardar la prestación de servicios relacionados y fomentar una sana competencia en el sector.

De acuerdo con estimaciones de la Organización de Expendedores de Petróleo (Onexpo), que preside José Ángel García Elizondo, esta actividad representa un negocio cercano a los 400 mil millones de pesos al año. Sin duda, el principal cuestionamiento en los próximos meses será saber si tanto la CRE, como la EMA, cuentan con los suficientes laboratorios acreditados para todos los métodos aplicables en la Norma, y así garantizar atender la demanda que se avecina con la entrada en vigor de esta normatividad.